Plan de negocios - Modelo 1

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PLAN DE NEGOCIOS
COMPONENTES GENERALES
1. Resumen ejecutivo.
2. Descripción general de negocios.
3. Descripción de productos y/o servicios.
4. Análisis de mercado y definición de estrategias.
5. Despliegue de estrategias de mercadeo y ventas.
6. Proceso de transformación.
7. Organización soporte.
8. Análisis y proyección financiera.


LOS COMPONENTES GENERALES DE UN PLAN DE NEGOCIOS.
1. Resumen ejecutivo: Es una presentación de los aspectos mas importantes del negocio. En pocas palabras debe describir los objetivos del negocio, su misión y sus factores de éxito.
2. Descripción general del negocio: Esta parte comprende: el tipo de negocio, su historia, figura jurídica, composición societaria, misión y visión, localización, productos y servicios ofrecidos o a ofrecer, y su estructura organizacional básica.
3. Descripción de productos y/o servicios: Descripción detallada de los productos y servicios actuales y a ofrecer, tecnologías utilizadas, precios, comparación competitiva.
4. Análisis del mercado y la definición de estrategia de mercado y ventas:
a) Un análisis de la industria o sector económico en la que se encuentra su negocio.
b) Quienes son sus participantes,
c) Patrones de distribución de ventas o de prestación del servicio
d) Quienes son los competidores
e) Consumo o demanda.
f) un resumen del crecimiento esperado del mercado (lento, rápido, vertiginoso, estancado o en retroceso)
g) Cuáles son los segmentos objetivo y cuál es el tamaño de cada uno
h) Cuáles son las necesidades del punto anterior.
i) ¿Cómo se prevé el crecimiento (a futuro) de estos segmentos?
j) ¿Por qué razones el negocio se orienta a esos mercados específicos (segmentos)?
5. Despliegue de estrategias de mercadeo y ventas: planes de acción para la implantación de estrategias y su presupuesto.
6. El proceso de transformación: Misión y descripción del proceso, recursos humanos, técnicos e insumos; costos.
7. Descripción de la organización soporte: estructura organizativa, equipo humano, programas de desarrollo y presupuesto de gastos de personal.
8. Análisis y proyección financiera: presupuesto de gastos, proyección de ingresos y punto de equilibrio.
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EL "VERDADERO" EMPRENDEDOR

Podríamos empezar por un test de entrada como en todos los cursos en los que el profesor lo primero que hace es evaluar los conocimientos de los alumnos y ver de qué manera debe nivelar el contenido del curso.

La pregunta obligada del test sería “¿Es usted emprendedor?” y se subdividiría en varias preguntas de selección múltiple que indagarían desde la tradición familiar hasta sus más íntimos defectos de carácter.

Usted puede encontrar docenas de cuestionarios de este tipo en Internet, así que no vamos a caer aquí en la tentación de reproducir ninguno de ellos porque además no queremos que desde el principio nuestros queridos lectores lleguen a la amarga conclusión de que realmente no “sirven” para ser emprendedores.


Por eso no tenemos test de entrada. Para no “rajar” a nadie. Porque sobre todo, estamos convencidos de que muchos de nuestros lectores ya hace rato que crearon una empresa y no sacamos nada con decirle lo que debería haber hecho en ese momento.
La otra mitad de los lectores debe estar planeando crear una empresa y nos daría lástima perderlos desde el principio si no "pasan" la prueba de ingreso. (De todas maneras, en nuestro curso "Proyecto YO" tenemos un test para emprendedores)


La pregunta de si el emprendedor “nace o se hace” es trivial y genera polémicas inútiles. Nosotros pensamos que el emprendedor generalmente es accidental. Aunque todos cuando somos empleados cargamos encima el noble deseo de algún día independizarnos y tener la libertad de manejar nuestro propio negocio, normalmente lo que ocurre es que nos “independizan” más pronto de lo que pensamos y terminamos creando nuestros negocios “a las malas”.


Sin embargo, esto no impide que se tome usted un momento de respiro para tener en cuenta algunas de las consideraciones de este artículo. Muchas de ellas serán absolutamente en contravía con lo que va a encontrar en todos los demás “best-sellers” de administración que buscan crear el empresario ideal y desarrollar la excelencia en la gestión administrativa. Esas son dos cosas que no va a encontrar usted aquí: ni un best-seller, ni una serie de dogmas irrefutables. (Bueno, lo de best-seller... ¡Algún día!)


Es más, no sabemos si lo que va a encontrar, realmente le sea de utilidad práctica para aplicar en su empresa inmediatamente. Nuestra intención es simplemente contarle algunas ideas que tenemos sobre el oficio de ser empresario.
Fíjese que no lo llamamos ni arte ni ciencia. Hacer empresa es una ocupación artesanal en donde se requiere mezclar la pasión irreflexiva con la sabiduría cotidiana.


¡Ah, sí! Acerca del título del curso. “Hacer e-mpresa” No se trata de un manual técnico para crear un negocio basado en las nuevas tecnologías. Si vamos a ser sinceros, el título tiene mucho que ver con el mercadeo. Alguien nos dijo que todo lo que se le pone el prefijo e- se vende como pan caliente en estos días.


Así que perdónenos amigo lector si aquí no encuentra la fórmula mágica para crear un negocio web o convertir su “business” en un “e-business”. La verdad es que el guioncito después de la “e” tiene más que ver con la pequeña vacilación y el tartamudeo que tenemos todos antes de lanzarnos a crear una e... e-mpresa.


Mito #1
“Ponerle el prefijo “e-” a cualquier cosa en la empresa la convierte en una empresa del siglo XXI”

Encontraremos en el ambiente empresarial decenas de términos con la consabida “e-”. Todos en ingles, naturalmente, porque así suenan mejor en los cocteles y en los seminarios para ejecutivos, pero al final nos daremos cuenta muy pronto que no trae nada de novedoso y que toda la revolución “e-” lo único que ha hecho es generar un nuevo filón de negocios para consultores y gurús (¿Se dice gurúes?) del ambiente empresarial.

La lista es larga: e-business, e-commerce, e-logistics, e-marketing, e-learning, e-procurement, e-controlling, e-advertising, e-financing, e-shopping, e-customers, e-contractors, e-suppliers, e-collaboration, e-trading, e-bartering, e-commuting, e-ventures, e-money, e-corporations, e-support, e-government, e-taxes, e-banking, e-stocks, e-mails, e-books, e-documents, e-billing, e-marketplaces, e-prospecting, e-consulting, e-distribution, e-sales, e-tcétera...

A pesar de que tratemos de involucrar la tecnología y la electrónica en todas las actividades de las empresas, siempre habrá personas a lado y lado de los computadores y crear empresas será siempre una labor más humana que técnica. Si las transacciones electrónicas quieren automatizar los procesos mecánicos de la empresa, al final nunca reemplazarán la esencia de todo negocio que es la confianza entre dos humanos: uno que vende y otro que compra.


Pero volvamos a nuestro real e imperfecto emprendedor con su idea fija de crear una empresa y partamos de la base de que todo negocio hoy en día tiene la inevitable “e-” por todas partes y que esto es lo menos importante de todo.


Empecemos por el principio. Todo negocio parte de la unión de tres personas: el que tiene la idea, el que tiene el dinero y el que tiene... que trabajar.

Vamos a llamarlos así: el innovador, el inversionista y el integrador.


Normalmente el innovador tiene ideas pero no dinero, el inversionista tiene el dinero pero no las ideas y generalmente ninguno de los dos tiene la capacidad o la necesidad de organizar una empresa que funcione como debe ser. Aquí es donde entra el integrador, que tiene que preocuparse por volver realidad la idea del innovador y conservar los recursos del inversionista.


Muchos estarán en desacuerdo y dirán que el innovador también debería ser el que organice la operación de su negocio. No necesariamente. Si algo debe tener en claro un buen empresario es que no las sabe todas.


La mayoría de los fundadores de empresas que después se ven envueltos en el diario transcurrir de su organización descubren que muy pronto el entusiasmo de la novedad se ve opacado por el aburrido día a día de los negocios. El sobregiro, el pago de nómina, los despachos, los cobros, los cuadres de caja, el presupuesto, los intereses, etc. etc. no son precisamente los mejores alicientes para alguien cuyo espíritu siempre está listo para volar otra vez.


Muchos de ellos ven restringida y aprisionada su creatividad por la rutina de un negocio que ya está para que ande por su propio rumbo y se sienten frustrados de no tener el tiempo ni los ánimos para continuar con la innovación.


Mito #2
“El emprendedor debe terminar lo que comenzó”


El verdadero emprendedor es aquel que germina ideas y las pone a crecer para después salir a sembrar de nuevo con su creatividad y su ingenio. Y las mejores ideas son aquellas que después vuelan solas sin que su inventor tenga que conducirlas toda la vida.

Si el emprendedor normalmente se acaba de escapar de la empresa que lo tenía aprisionado para independizarse en su propio negocio, lo más importante es que no termine atrapado en la prisión que él se inventó para sí mismo.

Por eso, antes de pensar en un negocio hay que establecer cuáles son las principales características de un buen negocio.

Un buen negocio
En cualquier grupo de estudiantes de administración o de asistentes a cualquier conferencia o seminario, cuando se hace la pregunta de qué es un buen negocio, la primera respuesta es que sea rentable. Pero al poner sobre el tapete qué es rentabilidad, surgen tantas definiciones como personas haya en la audiencia. Todos tienen una fórmula lista para presentar a los demás: la rentabilidad de los activos, la de la inversión, la del patrimonio, la de los productos, la del activo fijo...

Luego surgen otros términos que debería tener un buen negocio: liquidez, solidez, respaldo, retorno de la inversión, rotación de inventario, de cartera, de activos...


Mito #3
“Un buen negocio es un negocio rentable”


Cualquier definición que se limite a dar un veredicto basado en los informes contables de un negocio, no sólo es limitada y miope sino muy poco imaginativa. Si voy a fundar una empresa para que las cifras de una hoja de cálculo sean las máximas jueces de mi obra, prefiero no empezar.

¡Claro que los números deben ser los adecuados! Eso se da por descontado. Es obvio que no se crea una empresa para perder dinero. Pero lo que no es obvio es que el verdadero emprendedor generalmente tiene muchas otras cosas en mente.


El tema de los números debe ser la preocupación del inversionista. El emprendedor, ante todo, tiene que buscar que su negocio cumpla estas tres características para que sea un buen negocio:


1. Debe ser entretenido.
Esto es esencial. Si a usted no le gusta lo que va a hacer, va a fracasar aunque sea un negocio extremadamente rentable. Si no resiste embarrarse los zapatos o aplicar una vacuna, no se dedique a la ganadería. Si no siente un placer supremo dejando caer los granos de cereal por sus dedos, no siembre. Si el estruendo de las máquinas no le acelera el pulso, no abra una fábrica. Si no tiene la voluntad de servicio suficiente para atender un comprador insistente, no ponga un almacén. Busque algo que a usted le gusta hacer y vuélvalo un negocio rentable.


2. Debe ser saludable.
Nadie dice que uno tiene que matarse por su negocio. Ni tampoco que sus empleados lo deban hacer. Las empresas que exigen “sangre, sudor y lágrimas” a todos sus participantes terminan desangradas y deshidratadas. Los negocios no se hicieron para sacrificar a los dueños, ni a sus familias, ni a sus empleados. Si esto es lo que está ocurriendo en su empresa, algo está funcionando muy mal. Recuerde que su empresa es el lugar de vida de mucha gente. Ojalá que sea de buena vida.


3. Debe ser enriquecedor.
En todos los sentidos. Económicamente, espiritualmente, socialmente. Su negocio debe ser capaz de generar la riqueza suficiente para que todos los involucrados participen de ella. Pero no solamente hablamos de dinero, sino también de enriquecimiento personal. Cada una de las personas que pase por su empresa debe salir con más de lo que entró. De lo contrario, su empresa... le quedó mal hecha.


Para continuar la discusión, arriésguese a "matar mitos" y reunir elementos que le permitan pasar "de la nada a la idea, de la idea al proyecto y del proyecto al negocio".

Tomado de la web (fue hace varios años, perdí el link)
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COMPETENCIA DE LA DIAN

A la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales le competen las siguientes funciones:

1. La administración de los impuestos de RENTA Y COMPLEMENTARIOS, de TIMBRE NACIONAL Y SOBRE LAS VENTAS; de igual manera, los DERECHOS DE ADUANA Y los demás impuestos internos del orden nacional cuya competencia no esté asignada a otras entidades del Estado. Pueden ser éstos: impuestos internos o al comercio exterior.

2. La administración y dirección de la GESTIÓN ADUANERA, incluyendo la APREHENSIÓN, DECOMISO O DECLARACIÓN EN ABANDONO a favor de la Nación de mercancías, así como su administración y disposición.

3. Para poder administrar los IMPUESTOS antes mencionados: la RECAUDACIÓN, FISCALIZACIÓN, liquidación, discusión, cobro, devolución y todos los demás aspectos relacionados con el cumplimiento de las obligaciones tributarias.

4. También, para poder administrar los DERECHOS DE ADUANA Y demás impuestos al comercio exterior: la RECAUDACIÓN, FISCALIZACIÓN, liquidación, discusión, cobro y todos los demás aspectos relacionados con el cumplimiento de las obligaciones aduaneras.

5. El control y vigilancia sobre el cumplimiento del RÉGIMEN CAMBIARIO en materia de importación y exportación de bienes y servicios, gastos asociados a las mismas, financiación en moneda extranjera de importaciones y exportaciones y subfacturación y sobrefacturación de estas operaciones.

6. Servicio y apoyo a las operaciones de COMERCIO EXTERIOR.

7. Actuar como autoridad doctrinaria y estadística en materia tributaria, aduanera y de control de cambios que sean de su competencia.

8. Todas las actuaciones administrativas necesarias para cumplir con sus funciones.

La JURISDICCIÓN DE LA DIAN comprende todo el territorio nacional y su DOMICILIO PRINCIPAL es la ciudad de Santa Fe dé Bogotá. D.C., y representará a la Nación, también en desarrollo de sus funciones.
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AUTORIDADES TRIBUTARIAS EN COLOMBIA

Hasta 1991 los impuestos nacionales eran recaudados por la Dirección General de Impuestos Nacionales, pero mediante Decreto-Ley de ese año fue transformada en la Unidad Administrativa Especial-Dirección de Impuestos Nacionales, buscando siempre su tecnificación y mejor funcionamiento general.

En la actualidad, sin embargo, la situación es diferente. El 31 de diciembre de 1992 fueron FUSIONADAS la Unidad Administrativa Especial- Dirección de Impuestos Nacionales y la otra Unidad Administrativa Especial Dirección de Aduanas Nacionales, nueva entidad que ahora se denomina Dirección de Impuestos Nacionales y Aduanas Nacionales (DIAN), también con el carácter de Unidad Administrativa Especial, dependiente del Ministerio de Hacienda.

Además de las funciones que venían cumpliendo, se le adicionaron las siguientes:

1. Asumir las funciones de estadística y doctrina respecto de los impuestos territoriales que correspondían a la Dirección General de Apoyo Fiscal, del Ministerio de Hacienda.
2. Las funciones de control y vigilancia que tenía asignadas la Superintendencia de Cambios sobre el cumplimiento del régimen cambiario en materia de importación y exportación de bienes y servicios, gastos asociados a las mismas, financiación en moneda extranjera de importaciones y exportaciones, y subfacturación y sobrefacturación de estas operaciones.

Imagen: cambio.com.co
Para tal efecto, se consideró que las competencias y facultades asignadas a la Superintendencia de Cambios fueron trasladadas a los órganos nacionales, regionales y locales de la DIAN.

En junio 27 de 1997 fue separada funcionalmente la DIAN del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y empezó a contar con su sistema especial de administración de personal, de nomenclatura, clasificación, sistema de carrera administrativa, salarios y prestaciones. Como PATRIMONIO de la entidad fueron determinados, entre otros, los siguientes recursos:

a. Las asignaciones que se le destinen el Presupuesto Nacional.
b. Las asignaciones que las normas presupuestales asignen al fondo de gestión.
c. Las asignaciones que las mismas normas presupuestales le asignen al premio fiscal.
d. Los recursos adicionales de inversión de la apropiación presupuestal específica denominada FINANCIACIÓN PLAN ANUAL ANTIEVASIÓN y otros recursos concretos para la lucha contra la evasión que se destinen en las normas legales.

A escala DEPARTAMENTAL y MUNICIPAL las respectivas autoridades recaudan sus propios impuestos. Por ejemplo, a los licores (departamental) o las tasas y sobretasas a la gasolina (municipios).
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EXENCIONES TRIBUTARIAS

Comprendamos primero que este término significa la acción o efecto de eximir, exonerar, dispensar, librar, desembarazar de cargas, obligaciones, impuestos, etc. que son actos mediante los cuales una autoridad libera a un sujeto de derecho (contribuyente, etc.) de la obligación que le correspondería normalmente. Las exenciones son beneficios que se obtienen de este modo.

Las EXENCIONES TRIBUTARIAS son las excepciones previstas por la ley a favor de determinados contribuyentes, que quedan así liberados de la obligación de pagar un determinado impuesto, contribución, tasa o tributo.

En consecuencia, el contribuyente beneficiario de la exención se encuentra, según la norma legal que establece el tributo, sujeto al mismo (es decir, le corresponde pagaría), pero la misma ley, en consideración a determinadas circunstancias (por ejemplo: evitar la doble tributación de las empresas marítimas y aéreas, facilitar el desempeño de ciertos funcionarios extranjeros, auspiciar el desarrollo de la industria editorial, etc.) lo declara exento del tributo.

En otras palabras, es la privación de efectos constitutivos de obligaciones tributarias respecto de ciertos hechos o en relación con ciertas personas, normalmente incluidas en el supuesto de hecho que da lugar a impuestos, mediante una norma de carácter excepcional. La exención tributaria no debe, por tanto, confundirse con los supuestos de no sujeción, que delimitan el hecho que da lugar al tributo, los cuales dejan fuera de dichos supuestos determinadas situaciones que no entran en la proyección del tributo. Las exenciones tributarias se refieren a hechos imponibles (hechos que dan lugar a impuestos) pero que son liberados de la obligación de pagar tributos por voluntad de la ley.

Hay hechos, situaciones, actividades que originan impuestos (Ej: recibir un salario) y otras que no (Ej: despertarse cada mañana), estas últimas no son exenciones. Una exención es cuando a alguien que recibe un salario (y por tanto debe pagar impuestos) se le exonera de este pago debido a su condición especial, y dicha exoneración la determina la ley.

Recordemos aquí que sólo pueden ser dictadas o reformadas POR INICIATIVA DEL GOBIERNO las leyes que decreten exenciones de impuestos, contribuciones o tasas nacionales. Vale decir que el Congreso no puede proponer por iniciativa suya una ley de estas características y que debe esperar a que la proponga el Gobierno Nacional. También recordemos que la ley no puede conceder exenciones ni tratamientos preferenciales en relación con los tributos de propiedad de las Entidades Territoriales.

A partir del 1 de enero de 1985 están exentos del impuesto a las ventas los libros y revistas de carácter científico o cultural, entendiendo que NO TIENEN este carácter los que se refieran a horóscopos, fotonovelas, modas, historietas, tiras cómicas y juegos de azar.
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EL PERIODO FISCAL

Imagen: periovista.com
Los impuestos son anuales en casi todo el mundo, lo mismo que los Presupuestos Nacionales. En Colombia, los asuntos económicos del Estado funcionan con este ritmo invariable y, naturalmente, así (o hace el sistema impositivo. Por el contrario, en los antiguos países del otrora denominado “campo socialista" se operaba con una periodicidad diferente: los llamados "planes quinquenales” a veces con el mismo lapso (cinco años) en cuanto al tema fiscal, periodicidad que de algún modo pasó al mundo occidental y se sigue aplicando, restringida a la pura planeación.

Este periodo anual implica necesariamente la inmediatez, que en el caso de los países en desarrollo resulta en una situación dramática, semejante al angustioso "día a día" de las familias pobres. Hay que tener presente que los tributos son cobrados por el Estado respecto de lo ya hecho, lo que ha sido generado, es decir, respecto del año anterior. En el 2000 se pagan los tributos correspondientes al año gravable de 1999, pero en lo que se refiere a la RENTA y COMPLEMENTARIOS. Otros impuestos son generados y pagados de manera simultánea, como ocurre en el impuesto de timbre o, más claramente, en el impuesto a las ventas.
El año, periodo o ejercicio impositivo (sobre impuesto a la renta y complementarios, como ya indicamos) es el mismo año calendario que comienza 1 de enero y termina el 31 de diciembre.

No obstante, puede comprender tiempos menores en los siguientes casos:

1. Sociedades que se constituyan dentro del año, caso en el cual el ejercicio se inicia a partir de la fecha de la escritura pública de constitución.
2. Extranjeros que llegan al país o se ausentan de él durante el ejercicio gravable, evento en el cual éste comienza o termina en las respectivas fechas de llegada o de salida.

Se tienen como equivalentes las siguientes expresiones:
a) Año y periodo gravable;
b) Año y ejercicio gravable;
c) Periodo impositivo o periodo fiscal;
d) Ejercicio impositivo o ejercicio fiscal.

La anterior aclaración de términos es necesario hacerla por cuanto en los numerosos decretos reglamentarios y aún en las leyes sobre tema tributario así como en el propio Estatuto se utilizan indistintamente y no conviene entrar en diversas interpretaciones Jurídicas sobre ellos.
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